El 28 de septiembre del año pasado, el Jefe, Héctor Magnetto, se dirigió a sus cuadros de mando para informarles de una “actualización jurídica” sobre la situación política y empresarial del grupo que con mano férrea conduce y construye desde que despidió, con las debidas condolencias, a Rogelio Frigerio, generoso protector que lo introdujo en el difícil mundo donde los negocios no se hacen sin participación de la política.

Achacado por una cruel dolencia, el Jefe sigue siendo implacable. “La gente nos cree. Pueden haberla votado –dijo en esa oportunidad sin nombrar a Cristina Fernández– pero siguen consumiendo nuestros productos”, según transcribió Noticias. ¿Y cuáles son los productos que con rigor y celo controla el Jefe? Antes de repasar frente a su audiencia el listado, Magnetto, con elocuencia persuasiva, describió las restricciones de mercado que tiene para colocar la producción: “Los opositores no supieron capitalizar las posibilidades que les dio el resultado del 2009, y luego no supieron acomodarse a la muerte de Kirchner, que fue un gran espaldarazo a la Presidenta.”

Un mercado desorientado que no supo apreciar todo lo que el grupo pone para producir valiosos bienes. En una síntesis hecha con preguntas retóricas, los enuncia: “¿Qué más podemos hacer con respecto al Gobierno? ¿Schoklender en Madres, Zaffaroni con prostíbulos? … ¿Qué más podemos cubrir o decir?” Magnetto no se rinde. Ahora nos está ofreciendo el producto Ciccone.



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