Impuesto a las ganancias
Expertos aseguran que cambios en Ganancias serán clave para contener los reclamos salariales
En un escenario de elevadas expectativas inflacionarias, no será tarea fácil para el Gobierno acotar los aumentos nominales de los salarios, como se lo ha propuesto. Sin embargo, una llave que el Ejecutivo tiene para encauzar las paritarias es modificar el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, según indicó este martes en un informe la consultora Ecolatina

Martes, 21 de febrero de 2012
Luego de ganar las elecciones, el Gobierno dio señales de querer implementar un plan de política fiscal, monetaria y de ingresos menos expansiva.
En este sentido, el Gobierno avanzó en la reducción de subsidios y en la revisión de contratos de los empleados estatales. Asimismo, no homologó el aumento del 35% acordado entre el gremio de peones rurales y las cámaras empresarias, y propuso la negociación en base a la productividad.
Sin embargo, Ecolatina advirtió que "será muy difícil acotar la suba nominal de los salarios en un contexto de elevadas expectativas de inflación y falta de un parámetro oficial objetivo de la evolución de los precios". "Además, el deterioro de la relación entre el líder de la CGT y el Gobierno no ayuda a contener los reclamos", añadió.
De acuerdo con la consultora, la posibilidad de que se consiga una pauta salarial inferior al 20% luce lejana, ya que los acuerdos ya firmados se ubicaron entre 23% y 24%, y en la paritaria docente que se está llevando a cabo, referencia para las futuras negociaciones, los gremios piden 28% a nivel nacional.
En este sentido, el informe privado aseguró que "una llave que el Ejecutivo tiene para encauzar las paritarias es modificar el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias".
Esto es también un reclamo de los gremios, ya que en la última década los salarios formales crecieron por encima del mínimo no imponible, y un millón de trabajadores pasaron a tributar este impuesto (la proporción pasó de 11,7% en 2002 a 20% en 2011).
El fondo de la cuestión es que si los pisos a partir de cuales se empieza a pagar el impuesto no se actualizan, parte de las subas salariales quedan en manos del Estado. Por ejemplo, para el caso de un aumento de 20% sobre un salario de $ 8.000, el Estado se quedaría con el 12% (casado con dos hijos) y el 23% (soltero) de la mejora. Es decir, si los salarios aumentan 20% y los mínimos no imponibles no se modifican, los trabajadores recibirían subas efectivas de entre 15% y 18%.
Por el contario, si los pisos se elevan 25%, los salarios de entre $8.000 y $12.000 prácticamente no sufrirían descuentos.
"Una suba de 20% en los mínimos no imponibles podría encauzar la paritaria, lo que es particularmente importante para el caso de los dos sectores económicos con mayor número de trabajadores (industria y transporte)", evaluó la consultora.
Entre otras cosas, entra en juego el costo fiscal, que si bien en parte es soportado entre Nación y provincias y en parte vuelve por IVA, la recaudación de Ganancias de personas físicas es similar a la del Impuesto al Cheque.
"Queda claro entonces que mediante Ganancias el Gobierno tiene una herramienta para moderar los pedidos salariales, a costa de un impacto fiscal. En las próximas semanas se verá cuál es el resultado de este balance", indicó Ecolatina.
iprofesional.com