Internas
En la UCR no hay vacaciones tras el anuncio de Aída Ayala
Casi dos décadas después se vuelve a hablar de movimientos internos en la Unión Cívica Radical, al menos por varios motivos. El liderazgo que Ángel Rozas ejerce desde 1994 comenzó a decaer con su derrota ante Jorge Capitanich en 2007 y se resintió aún más el año pasado con el categórico fracaso electoral que sufrió el candidato a gobernador al que dio su aval, Roy Nikisch.
Jueves, 5 de enero de 2012
              

A ello hay que sumar que Aída Ayala quería ser candidata a gobernadora. Ese es el punto de arranque de la interna que ahora se pone en evidencia y es consecuencia de que a principios de 2011 las autoridades partidarias, que Rozas encabeza de hecho, decidieron que el senador fuera quien debía enfrentar al gobernador peronista que buscaba su reelección.

Esa decisión dejó muy molesta a la intendenta de Resistencia que hizo un notorio vacío en un año electoral muy exigente y dedicó gran parte de su tiempo a aislarse y tomar distancia de lo que iban a ser las derrotas partidarias, que finalmente se dieron en las elecciones provinciales y nacionales. Su objetivo era ser reelecta y logró hacerlo el 9 de octubre.

En la UCR no se cuestionó a Rozas que su liderazgo por si solo no suma los votos que se necesitan para que la Alianza Frente de Todos gane el gobierno provincial, cuente con mayoría legislativa y mantenga el control de las intendencias que administraba. El dos veces gobernador del Chaco es respetado por un importante sector de dirigentes aun en este que no es su mejor momento político.

Ayala no habla de confrontación. No le gusta el juego partidario y aquello de crear una línea interna, algo tan necesario como lógico de la vida de un partido político que debe renovarse para evolucionar. Está convencida que ese paso se puede evitar y echó a rodar un movimiento que lidera de hecho.

En Convergencia Social no aplaudieron esa decisión y el diputado Carim Peche le pidió explicaciones públicas sobre su propuesta y recordó su proveniencia de Acción Chaqueña y reciente llegada al centenario partido.

El primer no

No será fácil que Ayala logre el objetivo de liderar la UCR y la Alianza camino a 2015, pero podría hacerlo. Sin embargo, la primera señal que recibió fue una negativa de la mayoría del bloque de diputados de la Alianza Frente de Todos que rechazaron la sugerencia que le habría hecho para que entre Sergio Vallejos y Livio Gutiérrez elijan al presidente que quería reemplace al saenzpeñense.

Peche revalidó su título y así, también, claro está que las diferencias con el intendente de Sáenz Peña continúan vigentes. Gerardo Cipolini es vicepresidente del Foro de Intendentes de la Alianza y es parte del movimiento anunciado por Ayala, lo mismo que su par de Barranqueras, Alicia Azula. Por ahí rumbea el espacio interno en gestación.

Algunos dirigentes radicales creen que la intendente de Resistencia puede aportarle fuerza y una candidatura atrayente a la UCR y a la Alianza en 2015 pero sin tirar por la borda todo lo que está en pie. Suele suceder que en un partido político nadie se va a su casa tranquilo hasta que los votos en las urnas o en una convención marquen el final de un ciclo.

Esto de borrón de dirigentes y cuenta nueva en la UCR no funciona como una simpleza de la vida cotidiana. La política es una actividad que carece de ese condimento a la hora de cambiarle el curso a la historia de una fuerza partidaria arraigada entre los chaqueños como es el radicalismo, que no bajó de 30 puntos en los comicios del 18 de septiembre último, cuando Capitanich alcanzó más del 66 por ciento de los votos.

En su última declaración radial de 2011, Ayala dio a entender que puede expandir a nivel provincial su liderazgo con la misma fuerza que Rozas tuvo en su momento. Eso sería lo nuevo y exitoso con el objetivo de suplantar lo antiguo y derrotado electoralmente en varias oportunidades sucesivas desde 2007 hasta ahora en todas las competencias electorales provinciales.

Puede que Ayala haga de la simpleza su mayor virtud y el visto bueno que consiguió de los intendentes de la UCR sea un punto de partida muy significativo, pero entre los dirigentes radicales parece anidar la sensación de que nadie se va ir a su casa para cederle el lugar a la intendente solo porque crea que este es su turno y hace 16 años que no se eligen autoridades partidarias ni las máximas candidaturas por medio de elecciones internas.

Por ahora hay mucho silencio público. Solo habló Peche. Los dirigentes radicales que conocen el funcionamiento del partido aguardan otros movimientos de la intendenta tras su regreso del descanso veraniego. Mientras tanto preguntan: ¿cómo es eso que quiere crear un movimiento pero no una línea interna? ¿Ayala cree que Convergencia Social se disolverá y la Lista Azul será algo del pasado?

Por motivos personales, y seguramente también políticos, Rozas mantuvo silencio, como todos los dirigentes que le son fieles. No más que ese gesto es el que se pudo advertir. ¿Así de simple? Seguro que no. Habrá mucho más pero se verá con el correr del tiempo. Es evidente que la mayoría eligió el perfil bajo y descansar después de un año de mucho ajetreo electoral.

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