"Este título representó una revancha personal para mí por el muy mal semestre que tuve en la primera mitad del año. Ser campeón con Boca es muy distinto a hacerlo con Vélez", confesó Somoza en una entrevista con el programa radial Deportivo Télam.

"Yo había sido campeón con Vélez y lo viví como hincha, ya que me crié en ese club, pero en Boca es diferente porque observar a toda esa gente festejando y verse hoy en todos los medios es muy fuerte", describió.

El ex volante de Villarreal y Betis, ambos de España, apreció que después "de un torneo Clausura en que las cosas salieron mal, este Apertura fue un cambio rotundo en todos los aspectos".

"Personalmente pude asentarme en el equipo a partir del partido con Lanús, cuando el equipo en general y yo en particular tuvimos un muy buen desempeño", explicó.

"En este campeonato fui de menor a mayor como todo el equipo. El partido con Colón fue el que más sufrimos, porque teníamos muchos lesionados, pero lo ganamos con los dos goles de Nicolás Blandi y allí el grupo tomó conciencia de que no se nos podía escapar el título", sentenció.

Ahora, a la luz de los hechos, Somoza refiere "como un acierto" haberse ido de Vélez a principios de este año, algo que le valió la reprobación de los hinchas del club de Liniers cuando recientemente Boca visitó el José Amalfitani.

"No esperaba que la gente me insultara tanto porque yo nací allí, pero es más de lo mismo. El hincha siempre quiere verte con la camiseta de su club y no comprende que uno también busca nuevos desafíos deportivos", puntualizó.

"Con mi pase a Boca quería seguir creciendo profesionalmente, porque tengo 30 años y nunca estuve en algún lugar simplemente por la plata, sino que siempre pretendo progresar. No me gusta achancharme en un lugar solamente por dinero, porque de lo contrario hubiese seguido en Villarreal con cinco años más de contrato y sentado tranquilamente en el banco", afirmó.

Somoza apuntó que él quiere "jugar siempre. Por eso les digo a los chicos que no se queden con lo que hicieron en los primeros diez partidos de sus carreras y la firma de un contrato inicial. Hay que trabajar mucho en el día a día para superarse y vencer las adversidades".

"A mí me pasó con la lesión (fractura de tibia) que sufrí en Vélez, cuando estaba a punto de irme nuevamente a Europa. Le seguí dando para adelante porque nadie te prepara para algo así en inferiores. No hay quien te diga que por algo así se puede estar diez meses parado. Entonces uno se vuelve más constante y a la vez menos ansioso, porque advierte que nada es tan fácil como parece", reseñó.

"Por eso hay que escuchar siempre a los mayores y seguir ejemplos como los de Martín Palermo, que cuando yo me levantaba a la mañana en las concentraciones, él ya hacía una hora que estaba en el gimnasio", destacó.

En el mismo sentido Somoza rescató a Rolando Schiavi, "porque con sus casi 39 años les enseña el camino a todos en base a su experiencia dentro y fuera de la cancha. Y de (Juan Román) Riquelme ni hablar, porque es el distinto que tiene Boca. Ojalá podamos disfrutarlo en plenitud física el año que viene".

"Yo comparto habitación en las concentraciones con Pablo Mouche y es muy distinto a como muchos creen, ya que es un chico que sabe escuchar y ahora, con continuidad, se nota su crecimiento. Es joven y su techo está alto todavía", reveló.

"Y de los pibes que vienen de abajo los que más me gustan son Araujo, Paredes y Sánchez Miño, sobre todo este último, porque puede jugar hasta en tres posiciones e incluso como lateral izquierdo", resaltó.

Mientras celebraba el cumpleaños de su esposa junto a su hija Sofía, de dos años y medio, Somoza ayudó a soplar las velitas dejando tres deseos para el futuro inmediato y mediato: "salir campeones invictos de este torneo y para el año próximo tener una nueva oportunidad en el seleccionado argentino y que mi amigo Sebastián Battaglia pueda volver a jugar con normalidad".