Sociedad
Estrés de fin de año: “La gente se compromete con mil cosas para las que el cuerpo no está preparado”
Luciana Balbey es especialista en clínica médica e internista. En 2020 se especializó en Psicoinmunoneuroendocrinología (PINE), comúnmente conocida como medicina del estrés, que es la ciencia que estudia la influencia de la psiquis en el sistema nervioso, en el sistema inmune y hormonal generando la enfermedad. Además, especialista también en Mindfulness que es la técnica que cierra una terapia integral para tratar esta patología.

Miércoles, 17 de diciembre de 2025
Este martes, visitó os estudios de CIUDAD TV para dialogar sobre el estrés de fin de año que afecta a miles de personas y consideró que “la gente se compromete con mil cosas cuando el cuerpo no está preparado para hacerlo: la reunión con los chicos del trabajo, con mi familia, con mis amigos de la facultad, del excolegio. Y es un exceso de información que venimos recibiendo constantemente y a través de las redes esto se ve todo el tiempo”.
“¿Realmente nos llenamos de esos lugares a los que vamos? ¿Nos sentimos bien? ¿Sentimos que estamos compartiendo algo fructífero, verdadero, esencial con esas personas que nos juntamos? ¿O nos juntamos porque todo el mundo se junta? Esas preguntas, como gatillos, están buenísimas podés hacérselas para decir: ‘Estoy muy cansada ¿por qué tengo que exigirme ir tres horas más a una reunión donde seguramente se va a tomar alcohol? Y no tengo nada contra el alcohol, pero ¿todos los días vamos a tomar alcohol? ¿Por qué fin de año va a cambiar tu relación con tu cuerpo y con tu salud mental? No se trata de fin de año sino de cuidarte siempre. Y no soy absolutista”, advirtió la médica.
En términos científicos, explicó que cuando uno quiere hacer “20 mil cosas a la vez y no tenés prioridades, la amígdala, que es la que dispara la reacción de enojo, irritabilidad, ansiedad, no llega a la corteza para darle la información de estar enojado por tal cosa, no; lanza directamente la reacción al cuerpo y las personas, al no tener inteligencia emocional, escupen el enojo para afuera. Lo liberan como si la otra persona lo necesitara”.
“Muchas veces los límites están para ponerlos afuera, pero hay que ponerlos de manera asertiva y amorosa con la otra persona y para eso uno tiene que estar en eje e integrado. Todo el tiempo se piensa qué pensará la otra persona y ese es un miedo fundamental del que nadie habla, es el miedo más grande del ser humano. El poder quedarme afuera de lo que se está usando, de lo que está de moda, de lo que piensa el resto de la gente. Son miedos que activan la amígdala, va al cuerpo y a las glándulas suprarrenales a liberar adrenalina y cortisol, que son las hormonas del estrés y que si las tenés aumentadas constantemente en tu cuerpo van a generar aumento de la frecuencia cardíaca, de la tensión arterial, alteración de tu inmunidad, hormonales. Empieza a afectar a nuestras propias células, es grave”, señaló.
Para Balbey, la recomendación más simple “es fijarse en el cuerpo si está en condiciones”. “Yo, la Navidad pasada, la pasé sola. Yo soy igual altamente sensible y eso hace que los estímulos que yo pueda recibir sean menos de los que puede recibir una persona neurotípica. Pero yo necesito autoregularme. realmente hay que escuchar al cuerpo que es el que nos va a decir la verdad, no a mi mente. Porque mi mente se maneja a través de la culpa, del qué dirán, del miedo al qué dirán. Y yo no me quiero manejar emocionalmente. Es seguir una emoción sin cuestionarse básicamente”, acentuó.
La médica, aclaró que “los seres humanos no somos seres racionales, somos seres puramente emocionales y muchas veces esas emociones nos llevan a hacer cosas para las que nuestros cuerpos no están capacitados. Y eso tiene que ver con el equilibrio del sistema nervioso. Cuando más auténtico vos seas a tu realidad, aunque haya veces que se tenga que negociar, más equilibrio va a haber en tu sistema nervioso. El equilibrio del sistema nervioso depende de la autenticidad con la que vos te muevas, lo sincero que seas con vos mismo. Uno dice ‘este grupo no me gusta porque habla mal de un montón de gente’ y uno sigue yendo. No hay coherencia y la coherencia es una medida de salud mental y física. Entonces, no hay coherencia entre lo que ´pienso, siento, digo y hago”, resaltó.
Aseguró que el estrés afecta a personas de todas las edades, solo que en el caso de los niños, “altera la personalidad par adaptativa para poder moverse en el mundo. Ese es el gran problema de estrés en el niño, crea como una máscara y esconde su verdadero yo y cuando llegamos a adultos tenemos que empezar a abrir capa por capa para ver quién realmente somos”.
Entre los síntomas más visibles del estrés, mencionó el vértigo, el colon irritable, el colon premiable, las migrañas crónicas, la irritabilidad, la ansiedad constante, el comer rápido, el no poder disfrutar de algo simple “y esto es lo fundamental, una conversación con tu pareja no superficial, el abrazo con alguien. Estamos todo el tiempo pensando en cómo va a quedar, en la meta, en si vamos a llegar y no disfrutamos de esto que es lo único que hay. La gente se estresa porque no acepta la vida tal cual es”.