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La edición genética ayudó a desvelar un misterio centenario sobre el cáncer
La ciencia logró un avance fundamental en el tratamiento del cáncer. La intuición de un científico alemán era correcta: las células con muchos cromosomas también producen cáncer. Cómo lo hicieron y qué significa esto para la ciencia.

Sábado, 8 de julio de 2023
A principios del siglo XX, los científicos que estudiaban el cáncer observaron que a medida que las células cancerosas se multiplicaban, algunas terminaban con demasiados cromosomas, y otras terminaban con muy pocos. Un embriólogo alemán se animó a preguntar: ¿y si las enormes cantidades de cromosomas no eran solo un sello distintivo del cáncer, sino que también lo producían?
El fenómeno siguió siendo una “rareza” presente en el 90% de los casos. ¿Por qué? Nadie sabía. En realidad, la respuesta estuvo enfrente suyo durante un siglo. Pero solo ahora, con un ingenioso truco del método CRISPR —que corta ADN y remplaza genes patológicos por otros sanos—, los científicos demostraron que aquel embriólogo alemán tenía razón.
El trabajo, publicado este jueves en la revista Science, mostró que sin cromosomas adicionales, ciertas células cancerosas ya no pueden sembrar tumores.
Si bien la técnica descubierta es una herramienta y no una terapia, apunta hacia una nueva forma de atacar el cáncer en el futuro.
Los humanos tienen 23 pares de cromosomas, largas estructuras filiformes compuestas de ADN y proteínas que transportan nuestros genes. Normalmente, cuando las células se dividen, los cromosomas hacen copias de sí mismos y luego se separan ordenada y simétricamente en nuevas células. Pero en el cáncer, esta coreografía se vuelve desordenada y las células terminan con un número anormal de cromosomas.
Hace cien años era mucho más difícil estudiar fenómenos como estos porque los cromosomas no eran fáciles de agregar o quitar. Entonces, los científicos que buscaban respuestas tenían que depender en gran medida de correlaciones intrigantes. “Se pasó por alto hasta cierto punto, y la razón de ello es que fue realmente difícil de estudiar”, explicó Uri Ben-David, profesor de genética molecular humana y bioquímica, al Washington Post. “Durante muchas décadas, fue algo ignorado. Era como un elefante en la sala de investigación del cáncer”, agregó.
Hubo estudios que expusieron este fenómeno sospechoso: uno, por ejemplo, encontró que cuanto más cromosómicamente inestables eran las células tumorales de un paciente, más probable era que su cáncer fuera agresivo y su pronóstico malo. Y la pregunta volvió: ¿podría ser que la alteración cromosómica estuviera desempeñando un papel en esos cánceres, o era solo un efecto posterior?
Cómo lograron revolucionar el estudio del cáncer
Hace diez años llegó la tecnología CRISPR, y con ella la capacidad de agregar, eliminar o modificar genes. Sin embargo, borrar un cromosoma completo es un asunto diferente. Por eso, para estudiar el fenómeno de los múltiples cromosomas, Jason Sheltzer y su equipo de la Facultad de Medicina de Yale debieron recurrir a un truco especial.
Según explicó el Post, primero insertaron un gen del virus del herpes en los cromosomas adicionales de una célula cancerosa. Inicialmente, eligieron el cromosoma 1q, que es uno de los primeros en ganar o perder copias adicionales durante el desarrollo del cáncer de mama.
Luego usaron un tratamiento contra el herpes, ganciclovir, para atacar los cromosomas modificados. La técnica eliminó las células con copias adicionales, dejando células cancerosas con un número normal de cromosomas.
Cuando intentaron hacer crecer tumores a partir de esta subpoblación de células cancerosas, descubrieron que las células ya no eran capaces de sembrar tumores en una placa de Petri o en ratones vivos. Para Sheltzer, esto era una clara evidencia de que los cromosomas adicionales no eran solo un efecto, sino un impulsor de la enfermedad. “Tiene un papel central”, dijo.
¿Más cerca de la cura del cáncer?
La técnica es una herramienta, no una terapia, porque todavía no es factible pensar en restaurar el número normal de cromosomas en las células cancerosas como una forma de evitar la enfermedad.
Sin embargo, sí se puede apuntar hacia una forma diferente de atacar el cáncer en el futuro. La comprensión genética del cáncer llevó a terapias que se dirigen a mutaciones específicas que impulsan su progresión. Pero el cáncer es un enemigo astuto y, a menudo, desarrolla resistencia a cualquier enfoque terapéutico.
Si los investigadores pueden encontrar y matar células que contengan cromosomas adicionales, habrán desarrollado una nueva forma de ataque al cáncer. Y si el cáncer se vuelve “resistente” a dicho medicamento al perder sus cromosomas adicionales, el estudio sugiere que hacerlo también podría aplastar su capacidad de causar cáncer.
En esencia, el cromosoma extra se convierte en una nueva vulnerabilidad terapéutica, dijo Sheltzer. Debido a que las células tienen todo este material genético, dichas células pueden “volverse sensibles a los medicamentos dirigidos a un gen, incluso si no tiene nada que ver con el cáncer”, cerró el especialista.
FUENTE: baenegocios.com.