Sociedad Mucho humo: Protesta de fumadores pasivos en el Poder Legislativo Todo el mundo lo sabe: ya casi no puede fumar en ninguna parte. Leyes y conciencias han logrado que, como antes era impensado, se erradicara casi totalmente el humo del cigarrillo de lugares públicos, edificios, organismos, comercios, incluso bares y cafés.
Lo que pocos saben es que, sin pena social, ni controles serios, los fumadores que necesitarán seguir fumando lo harán en donde puedan acomodarse. Adonde encuentren un rincón. Ocurre, de acuerdo a esta denuncia, en dependencias del Poder Legislativo.
Fumadores pasivos que trabajan en el anexo de la Legislatura en el edificio del Nuevo Banco del Chaco en Resistencia, dicen estar "cansados" de los fumadores que, encima, "son amparados por diputados y por otros fumadores"
Como se ve en las fotos, hay un cenicero de importantes dimensiones "instalado" en el descanso de una escalera en el edificio mencionado. Fueron tomadas, de acuerdo a los denunciantes, en el descanso que da al cuarto piso, allí en Güemes e Irigoyen.
Lo más llamativo es que, arriba, a unos centímetros, aparece sin que nadie le preste atención uno de los carteles que prohíben fumar en el lugar, y que citan a la Ley.
Un detalle no menor, muestra otra cuestión que atenta contra la seguridad de los empleados legislativos. En las escaleras, y menos si como estas son utilizadas como salidas de emergencia, no pueden ponerse objetos que obstaculicen un eventual escape, como ocurre en este caso con el cenicero. A su vez, una pila de materiales justo a la lado termina de bloquear el paso de la gente. Un peligro, sobre todo en un edificio que es conocido por su inseguridad, su vejez, sus instalaciones en mal estado, y hasta incendios en tiempos recientes.
Volviendo al cenicero, alguien, vale decir, puso ese cenicero, alguien en el Poder Legislativo da su visto bueno a que los fumadores se tomen un descando con un pucho... no es lo mismo que fumar en un baño, en la terraza, donde no se puede pero nadie te ve. Aquí hay un expreso acompañamiento que terminó en la elección de un lugar para fumar, como si fuera una zona "protegida".
Claro, los no fumadores, que soportan el humo y los olores ajenos, se quejan con razón.
Fuente: DiarioTAg
Lunes, 30 de mayo de 2016
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