Caso Milagros No soy un secuestrador: el detenido del caso Milagros fue liberado y exige salvar su honor Abel Alejandro Maldonado remarcó que fue detenido sólo por el hallazgo de un arma no registrada en su vivienda, pero que jamás estuvo involucrado en la causa por el presunto secuestro de la niña. Su automóvil permanece en poder de la Justicia. "Yo soy un tipo de laburo, y es muy feo lo que viví”, dijo Abel Alejandro Maldonado, el hombre que pasó cuatro días detenido en la División Investigaciones Complejas tras un allanamiento realizado a su domicilio el último lunes en el marco de la investigación del presunto secuestro de la niña Milagros Robledo, de 6 años, ocurrido el pasado viernes 17 de julio por la noche.
La pequeña desapareció de la vista de un primo, menor de edad, con quien se encontraba en la vereda de un quiosco a pocos metros de la casa de su abuela, en el barrio 17 de Octubre, de la zona sur de Resistencia. Desde el primer momento se dijo que había sido raptada por una mujer que la cargó en un automóvil de color gris que fue descripto como un Peugeot 206. Finalmente, Milagros apareció alrededor de las 19 horas del sábado 18, al otro lado de la ciudad, en inmediaciones de la autovía Nicolás Avellaneda y el vivero municipal.
Recién diez días después del hecho se realizó una serie de allanamientos en domicilios particulares en los que los investigadores sospechaban que pudo haber estado secuestrada la niña, según explicó el fiscal que entiende en la causa: Lucio Otero. Uno de esos procedimientos tuvo lugar en la casa de Maldonado, en el barrio Nuevo Amanecer II. Como resultado fueron secuestrados varios elementos considerados de interés para la causa”, según describieron tanto el fiscal como el ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad: Javier Oteo, entre ellos el automóvil de Maldonado, un Renault Sandero Stepway, de color gris. Pero, además, se halló una pistola calibre 9 milímetros, cuya propiedad él no pudo acreditar, por lo que fue detenido.
Preso por una pistola
"Yo no tengo nada que ve con el secuestro, y ni se por qué fueron a allanar mi casa”, aseveró Maldonado, que asegura haberse sorprendido por el procedimiento cuando regresaba con sus hijos de la escuela y se topó con un nutrido grupo de policías y funcionarios judiciales. "A mí me metieron preso por la pistola pero se dijo que estaba involucrado en el secuestro; eso es mentira”, recalcó.
Al momento de la detención, el fiscal aclaró que el cargo que se le achacaba era la tenencia ilegal del arma. Maldonado dijo haber encontrado la pistola en la calle, y admite que fue un error conservarla en vez de entregársela a las autoridades. Paralelamente asegura no tener conocimiento del manejo de armas de ningún tipo y que "ni jugando” empuñó la pistola secuestrada: "Ni siquiera puedo decir si funciona porque no entiendo nada de eso”, concluyó.
¿Quién me pagará el daño?
Maldonado recuperó la libertad el viernes en horas del mediodía y ahora exige explicaciones y saber quién responderá por el daño que le causaron, no sólo a él, durante estos cuatro días de detención, sino a toda su familia. "¿Quién me va a devolver la tranquilidad? ¿Quién me va a pagar todo lo que perdí?”, pregunta al relatar que sus vecinos lo miran con desconfianza y algunos de ellos dejaron de saludarlo. Además, dijo que sus hijos dejaron de asistir a clases por temor a sufrir el desprecio de sus compañeros. "Tengo una nena y un varón que no quieren ir a la escuela porque tienen miedo de que le digan que su papá es un secuestrador”, contó.
El hombre es empleado de la Municipalidad de Resistencia, y tras su liberación mañana tendrá que presentarse a trabajar. "No sé en qué situación estoy, pero después de todo lo que pasé no tengo ganas de ir a ningún lado porque en todos lados me van a señalar como un secuestrador de criaturas, porque es lo que se dijo de mí en todo esto tiempo”, dijo. Y volvió a negar cualquier vinculación con el "Caso Milagros”. "Ese día acompañé a la familia a todos lados, y lo llevé al padre de la nena en mi auto a recorrer algunos medios, y participé de la movilización y la panfleteada para que aparezca”, narró.
La relación con el padre
Maldonado conoce a Gabriel Robledo, el padre de Milagros, coetáneo suyo, pero asegura que nunca tuvo una relación muy fluida con él. "Nos criamos en el mismo barrio, pero no somos amigos, sólo me sumé el día que desapareció su hija, como un vecino más, a reclamar que aparezca, y finalmente, por suerte apareció”, dijo.
En la última semana, el fiscal Otero cuestionó la actitud de los familiares de la niña, a los que acusó de no colaborar con la causa, tornando sumamente compleja la situación ya que, para él, el secuestro tiene estrecha relación con la familia o con alguno de sus integrantes. "Seguimos evaluando toda la información que tenemos, pero si la familia no coopera será muy difícil llegar a la verdad”, había advertido.
Fuente: Priemera Linea
Domingo, 2 de agosto de 2015
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