Crisis Al límite, los jubilados de Grecia ya no soportan el ajuste de Europa  Todos los griegos han padecido los efectos de las políticas de ajuste, pero a los jubilados, empobrecidos, con cargas familiares y extenuados por la situación de estrés a la que está sometida Grecia, no se les puede pedir más: siguen siendo la "línea roja" en la negociaciones de Alexis Tsipras con los acreedores. "Estamos al límite, Europa tiene que entender que somos la red de contención, y no pueden seguir apretando", dice Kontsiklidis, un jubilado griego que cada día desde hace una semana acude al banco más cercano a su domicilio, en el centro de Atenas, para retirar 60 euros, el máximo permitido por el "corralito".
En declaraciones a Télam, este jubilado de 65 años aseguró hoy que necesita el dinero "para comprar comida y mantener y ayudar a sus dos hijos, que no tienen trabajo".
"Ambos son jóvenes profesionales, invertí en su educación y no encuentran un empleo, y la única salida que ven es marcharse de Grecia", dijo, lamentándose.
Roura Antonopoulau también es la única de su familia con ingresos: "Me acabo de jubilar y tengo un hijo, está desocupado, lo tengo que ayudar".
"Muchos jubilados estamos en esta situación, algunos con mejores pensiones que otros; pero si no fuera por nosotros, por las familias que están unidas, la crisis sería aún peor y Trispras lo sabe, por eso se comprometió a no seguir recortando las pensiones", explicó Roura.
"Es muy importante que mantenga su compromiso, sino habrá un estallido social", advirtió esta vecina del barrio de Exarchia, reducto de la izquierda radical y autoproclamada "capital anarquista" de Europa.
En el 52% de los hogares griegos las pensiones son la principal fuente de ingresos, por lo que estos casos son paradigmáticos en la Grecia que se apresta a retomar las negociaciones con los acreedores internacionales.
"Tras cinco años de austeridad la sociedad griega está más empobrecida, la desocupación llega al 26% y entre los jóvenes es del 60%. La clase media está en ruinas y si no decimos 'no' a la deuda perpetua seremos esclavos por décadas", reflexionó Roura.
Estos argumentos son los mismos que el gobierno de izquierda de Grecia presentó a los acreedores durante los cinco meses de negociaciones previos al referéndum de ayer, en el que una abrumadora mayoría de la población griega dijo "no" a más austeridad a cambio de ayuda financiera.
El acuerdo previamente fue imposible, y tras el referéndum, el límite vuelve a ser infranqueable. Queda claro, al menos para el gobierno, que no es solo una razón "humanitaria".
El Ejecutivo de Tsipras defiende que el 45% de los jubilados griegos recibe pensiones que están por debajo del umbral de la pobreza, que en Grecia es de 665 euros, según el Eurostat.
Pero además, las pensiones del sector privado y del público también han sido recortadas entre 2010 y 2013 en un 44% y un 48%, respectivamente, argumentan. Con más de un cuarto de la población desocupada, muchos griegos dependen de los ingresos de padres y abuelos.
Los acreedores internacionales replican que Grecia gasta el 17,5% de su PIB al pago de pensiones, más que ningún país de la Unión Europea (UE) -la media europea es 13,2%-, según datos de 2012 del Eurostat. Y que el sistema es deficitario, de ahí que exigen más recortes.
"Grecia necesita una condonación generosa de su deuda y un plan de crecimiento. La austeridad ha sido un desastre, especialmente para los jubilados, que han sufrido un promedio de recortes del 35%", aseguró a Télam Dimitris Rapidis, director del think-tank Bridging Europe.
El sistema de pensiones griego -que estuvo salpicado por escándalos de jubilaciones fraudulentas- ha sido reformado en varias ocasiones. No obstante, la edad de jubilación sigue siendo un dilema, por ser una de las más bajas. Dependiendo del sector y la profesión, según algunos cálculos, la jubilación efectiva no llega a los 62 años.
Justo antes del referéndum trascendió a la prensa que Tsipras había enviado una propuesta a los acreedores que incluía aceptar retrasar la jubilación hasta los 67 años y penalizar las prejubilaciones, pero nunca se confirmó.
En ese sentido, Rapidis sostiene que "la reforma que exigen los acreedores se refiere a las jubilaciones anticipadas, y el gobierno no está lejos de un acuerdo en ese ámbito. El Ejecutivo las va a desincentivar hasta abolirlas gradualmente en 2023", asegura.
Al margen del tema del sistema de pensiones, "la distancia mayor entre el gobierno y los acreedores sigue estando en la exigencia de medidas duras y más recortes", insiste este investigador, quien cree que Europa construyó un "mito" sobre los jubilados griegos por un pequeño grupo -ex militares y empleados públicos- que cobraban pensiones altas.
"La situación es dramática, nunca pensé que llegaría a este punto, estoy agotado", se quejó Panagiotis Kotronis, otro jubilado que también debe ayudar a sus dos hijos desocupados y que dice sentirse "humillado"
"Ya no se qué hacer, estoy cansado. Me dicen que no venga a buscar el dinero, pero lo necesitamos", explica, resignado,
Damocles, un anciano de 80 años.
"He visto cosas terribles estos días, gente muy mayor poniendo en riesgo su vida, yendo a los bancos y esperando aguantando el calor para asegurar el sustento a sus familias", advirtió en diálogo con Télam el doctor John Kouros, presidente de la Asociación de Psicología y Psiquiatría para Adultos y Niños de Atenas.
"Muchos jubilados están cansados, perdieron su dignidad, el auto estima, y vuelven a tener ideas depresivas, que me recuerdan a los argumentos suicidas de los años previos, en el peor momento de la crisis", agregó.
Un reciente estudio científico publicado en febrero de este año vincula por primera vez las políticas de austeridad con los suicidios en Grecia, que en junio de 2011, tras aprobarse un fuerte paquete de ajuste, se dispararon en un 35%.
En abril de 2012, agobiado por la situación económica, Dimitris Christoulas, un jubilado de 77 años, se suicidó frente al Parlamento griego y encendió la mecha de la protesta social. Tsipras no quiere que se repita.
Fuente: Télam
Lunes, 6 de julio de 2015
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