Ciencia equitativa e inclusiva “El mayor desafío es con uno mismo, en romper barreras sociales y animarnos” En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la ingeniera agrónoma María Cándida Iglesias, directora del Instituto Agrotécnico “Pedro M. Fuentes Godo” reflexiona sobre los prejuicios que aún persisten y mantienen alejadas a las mujeres y niñas de los sectores relacionados con la investigación.
Desde el 2015 la ONU estableció el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, como una jornada de sensibilización más que de celebración. El organismo proclamó el 11 de febrero como una jornada de reflexión sobre las desigualdades que se dan entre hombres y mujeres en la escuela, en las profesiones relacionadas con la ciencia y la tecnología y en las oportunidades, que a lo largo de los años de formación y de trabajo se dejan de ofrecer a las mujeres por estereotipos de género.
Según cifras de la UNESCO, la estadística mundial marca que la matrícula de estudiantes femeninas es particularmente baja en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), con un tres por ciento; ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, con un cinco por ciento, y en ingeniería, manufactura y construcción, con un ocho por ciento.
Los prejuicios y los estereotipos de género que se arrastran desde hace mucho tiempo continúan manteniendo a las niñas y mujeres alejadas de los sectores relacionados con la ciencia.
“En el siglo pasado la mujer tuvo en la ciencia un lugar secundario, no por la manera de trabajar, de producir conocimiento y de enfrentar los desafíos, sino en la manera de comunicarlos al mundo. La historia de la ciencia está llena de ejemplos con aportes científicos fundamentales realizados por mujeres, pero que en los papeles figuraban una institución o un investigador hombre. Indudablemente estaban relegadas de hecho”.
La opinión pertenece a la ingeniera agrónoma María Cándida Iglesias, una referente en la docencia y la investigación en el campo de la producción agropecuaria de la Universidad Nacional del Nordeste. Nacida en la localidad santafesina de Calchaquí, llegó a Corrientes en el año 1974 para ingresar a la Facultad de Ciencias Agrarias. A pesar de haber intercalado algunos años de residencia en la ciudad de Resistencia, hoy dice tener más años de correntina que de santafesina.
Comenzó desde estudiante a trabajar en la docencia en la misma cátedra de Microbiología Agrícola que hoy la tiene como docente titular por concurso. En el campo de la investigación desarrolló toda su labor en el Instituto Agrotécnico “Pedro M. Fuentes Godo”, en el que hoy es su Directora. Recientemente fue convocada para coordinar un equipo de trabajo que consolidará el Centro de Investigación y Desarrollo del Impenetrable Chaqueño (CIDIC).
Sin dudas la ingeniera Iglesias es una referente para reflexionar sobre la importancia de la mujer en la actividad científica y las dificultades que deben superar para ocupar determinados lugares. De estar relegada en el siglo pasado, cree Iglesias que la mujer fue logrando en los últimos años mayor protagonismo, liderazgo y participación en el campo de la investigación. Este posicionamiento –sostiene la investigadora- se dio por un lado, gracias a una mayor visibilización de la lucha llevada adelante por algunas mujeres; y en segundo lugar, de manera natural en algunas ramas de la ciencia. “De igual forma está más que claro que la presencia de la mujer no evolucionó de igual manera en todas las áreas de investigación”, aclaró.
-Con una trayectoria conocida, ¿cómo fue su experiencia personal?, ¿le resultó difícil hacerse de un espacio dentro de la actividad científica de la universidad?.
Fuente: Prensa Rectorado Unne
Jueves, 11 de febrero de 2021
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